miércoles, 2 de enero de 2013

Ella nos creó, nosotros la deterioramos.

El agua, como ya sabemos, es esencial, es nuestra fuente de vida. Sin ella no podríamos vivir ni si quiera durante un período limitado.

El agua hace que nosotros podamos seguir viviendo y realizar nuestras funciones metabólicas, pero los seres vivos también participamos en el ciclo hidrológico del planeta.

En el siguiente esquema, se ilustra la forma en que tanto las plantas, como los animales, contribuyen al movimiento del agua : 

Es por ello que si contaminamos el agua, por ejemplo, mediante desechos orgánicos (al utilizar el lavavajillas o lavadora), contaminación por sustancias (petróleo y otras sustancias que no se descomponen y que terminan matando a la fauna acuática y a microorganismos que realizan la descomposición como las bacterias) o también mediante la contaminación marina (limpiando los tanques de petroleros en alta mar, accidentes, vertidos de las industrias...), nos acabaríamos perjudicando.

Algún ejemplo de como nos perjudicaría en nuestra vida diaria sería bebiendo agua que esté contaminada, alimentos como el pescado, etc...

De esta forma, en cierto modo estamos deteriorando a lo que nos creó, contáminandola.

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